Marzo 28, 2024

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La Religión, un mal para algunos

Por Darío Iglesias Muñoz

Poco ha tardado el nuevo Gobierno Socialista en cambiar lo que aprobaron los Populares en materia de educación. Cada vez que se produce un cambio de Ejecutivo la educación se somete a nuevos cambios. No falla.

Y en estos cambios, la asignatura de Religión vuelve a estar en la cima del iceberg del debate a pesar de que todavía sigue siendo elegida por la mayoría de los alumnos. Seamos claros, lo que pretenden es cargarse la asignatura. Todo lo que huela a Católico, hay que eliminarlo. Existe una persecución evidente. No lo pueden remediar. Ojo, no digo todo lo religioso, sino todo lo católico.

No es la primera vez que un Gobierno decide suprimir la Religión del currículum, ya lo hizo el amigo Zapatero. Rajoy la recuperó con la discutida Lomce y ahora vuelve a estar en la palestra. “La religión pertenece al ámbito de lo privado” añaden. Parece que el Cristianismo Católico hiere sensibilidades y molesta en la sociedad. Con este criterio, supongo que también quitarán del calendario cultural todas aquellas fiestas de renombre nacional como “los Sanfermines” o “la Pilarica”. No se nos olvide de que son fiestas religiosas que manifiestan su fe públicamente, aunque sea con un carácter festivo.

Hasta ahora, que una familia decida que su hijo dé clases de religión no solo es legítimo, sino legal. Lo ampara la Constitución española y los acuerdos con la Santa Sede. Es un derecho y los centros educativos están obligados a ofrecerla, aunque elegirla sea optativo.

Si me lo permiten, voy a hacer un paréntesis dejando a un lado mi opinión, dando paso a una cosa más seria, la filosofía y la antropología. En el ser humano aparece, consciente o inconscientemente, la pregunta sobre Dios, y es que el hombre, por naturaleza, está abierto a la trascendencia. Esta cuestión que se sitúa al límite de la inteligencia creando una sensación de incertidumbre, indigencia e inseguridad, necesita una respuesta. El hombre es cuerpo y alma. Y ambas realidades necesitan ser atendidas para que la educación humana sea integral.

Por eso se imparten materias de diversa índole: arte, filosofía, matemáticas, música, educación física, y también religión, porque la persona no solo es cuerpo sino también espíritu. El ser humano está compuesto por un conjunto de dimensiones que alcanzan una unidad en la personalidad, es decir, en su “yo”, y entre esas dimensiones, está la espiritual. Cuando estas dimensiones están atendidas, podemos decir que la educación es integral.

Dejo atrás mi faceta de filósofo-teólogo, y vuelvo a la opinión. Si devaluamos o quitamos la Religión, la educación se queda coja. Además, si no es computable, como sí lo hacen otras asignaturas, ¿quién querrá trabajar y esforzarse en el aula si da igual sacar un 1 que un 10? No tiene sentido una asignatura que no cuente en la media.

Amigos y amigas del PSOE, si la sociedad no quisiera la asignatura de Religión, caería por su propio peso. Si la ciudadanía libremente opta por ella ¿por qué desde arriba, quebrando el principio de subsidiariedad, trata de eliminarse? Yo tengo la respuesta. Siempre se usa la asignatura de Religión y el tema “iglesia” para avivar y conseguir el voto de la izquierda. Es una cuestión puramente ideológica. No importa la educación, ni el derecho de los padres a elegir la educación que quieren para sus hijos, ni tenéis en cuenta el bien común, que ojo, no es el bien de la mayoría, sino el bien de todos y de cada uno. Lo que importa es ganar.

Amigos y amigas. Que lo importante sea buscar lo importante. Pero mucho me temo que no será así. Un abrazo a todos. Ánimo y adelante.

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