Éste dependiente de la Administración central, que gestiona principalmente el pago de prestaciones, el censo y la cuantificación de los desempleados. El SAE, éste dependiente de la Junta de Andalucía. Encargado del fomento del empleo, la formación y otras funciones desde el prisma autonómico.

Aunque de las noticias sobre desvíos de fondos de formación, presuntas ayudas fraudulentas y alguna grabación salida a la luz después de los despidos  de sus orientadores laborales; lo ha dejado muy tocado en su línea de flotación, impregnado de un repugnante hedor. Por otro lado la Bolsa de Trabajo de nuestro Ayuntamiento. Ésta, según me informan desde allí es para las ofertas de empleo que puedan salir para el municipio, incluyendo las solicitudes de trabajadores que puedan hacer empresas privadas. Y por último, la reciente puesta en marcha por parte de la Zona Franca de Cádiz de su canal de empleo que servirá a las empresas que se pretendan implantar en sus instalaciones en nuestro municipio, para la contratación de trabajadores. Existen fuertes rumores que una de ellas, a parte de otras de gran tamaño, será una potente empresa dedicada a la distribución logística. Fábricas de chocolate aparte.

Aquí no duplicamos, cuadruplicamos. Al fin y  al cabo, un pifostio descomunal en el que nuestros, no pocos, desempleados ya desesperados andan entregando sus curriculos, con la esperanza, que no llega, de encontrar un trabajo. Y la sospecha preocupante de que los que salgan no sean matrimonios ya convenidos. El pecado del enchufismo político, el clientelismo y el pago de favores recibidos, les puedo asegurar, que no sólo se da en este municipio.

La perentoria necesidad de otros nuevos planes de empleo, más que necesarios para paliar la situación crítica de muchas familias. Ello conllevaría el refuerzo, que como los anteriores, impulsaría los servicios públicos básicos de nuestro municipio.

En otro orden de cosas, este sábado tenemos la investidura de nuestros nuevos cargos electos de nuestro Consistorio. Todos vestidos de domingo. Acto del todo solemne a los que éste que les relata es alérgico por naturaleza. Sé que para Jorque Romero es un gran orgullo y una enorme satisfacción -no carente de una enorme sensación de responsabilidad-. Él renueva la confianza de ser el máximo representante de sus convecinos.

Después de los ceses que conlleva el final de una legislatura vendrán los nombramientos de asesores. Espero que no se limite al principio, no siempre eficiente en materia de función administrativa, de: “Ser uno de los nuestros”. El desfile de bandejas de plata. En este caso, portando las cabezas de algunos que han aportado a este Ayuntamiento su eficiente trabajo y sus conocimientos –impagables, aunque no impagados-. En este caso me refiero al economista Iván Calderón. Persona prudente y un trabajador incansable. De una timidez que raya en la patología. Y de algo que hoy en día es imperdonable: la lealtad. Supongo que este comentario, y más viniendo de mí, lo pondrá en el disparadero para salir el primero.

Ya conocemos la sentencia favorable a las pretensiones sobre la invalidez de los nombramientos de los anteriores asesores promovida por el señor Miguel Domínguez. Actualmente recurrida por el Ayuntamiento. Personalmente soy un convencido de minorar en todas las administraciones los de libre designación, asesores, y que el acceso a los puestos base de la Administración siempre sea por el camino de la igualdad, el merito, la capacidad y la publicidad; aunque en este caso siento que pretende invertir el demandante el refrán: `El que a hierro murió, con el mismo pretende matar´.