Los niños están de vacaciones, los profesores descansan de su trabajo y recuperan fuerzas, las familias se preguntan y se organizan para estar juntas y poder compartir unos días de alegría y felicidad que hacen posible la ternura y el cariño de las personas que se quieren, las calles se engalanan con luces y flores, las tiendas empiezan a decorar sus escaparates y a ofrecernos sus mejores productos. Todo puede ser bueno y necesario dependiendo de la voluntad con la que se haga. Sin lugar a dudas, serán muchas y muy diferentes las maneras de celebrar estos días. Lo que no podemos perder de vista es el origen y la razón de ser de esta fiesta.

Soy consciente de que hay personas cuyas circunstancias familiares o personales les van a impedir vivir estos días de fiesta como en años anteriores o como se merecen. Personas que están pasando por alguna enfermedad, otras que han perdido a algún ser querido, etcétera. No podemos olvidar a nadie, especialmente, a los que más sufren y están pasando por momentos de dificultad.

Por eso, os ofrezco la receta del maravilloso y delicioso “Pastel de Navidad”, receta de Mariasun Quevedo Arechederra.

Elaboración: preparamos un sólido y resistente molde de armonía e introducimos harina de solidaridad. Añadimos paz y justicia en generosas cantidades y lo amasamos todo con las manos de la tolerancia, el perdón y la ternura. Añadimos la sal del optimismo, el azúcar de la alegría y la levadura de la caridad. Cuando la masa esté bien compacta, la rociamos con el licor verde de la esperanza y la ponemos a cocer en el horno del corazón a la temperatura que brota del amor, cuyo resultado nos dará el pastel de la solidaridad y el compartir.

Y como sabemos que estos ingredientes son de alta calidad, podremos saborear su exquisita dulzura en Navidad y todos los días del año porque no tiene caducidad.

Los ingredientes de este pastel son económicos y están al alcance de todos. Cualquiera lo puede realizar y ofrecérselo a las personas que nos acompañan en el camino de la vida. Cuánto cambiaría nuestro mundo si ofreciésemos al otro, al menos, una pequeña porción de este rico pastel de Navidad.

Comparto esta receta contigo, querido lector, para que tu vida, la mía y la de todos sea más humana y feliz.