Los derechos de los trabajadores se han ido recortando de manera exponencial en la última década tras la última reforma laboral, imperan los contratos eventuales con salarios insuficientes para mantener la economía de cualquier familia por muy modesta que sea.

Economistas sin escrúpulos aplican prácticas poco éticas en multitud de empresas para acogerse a Expedientes de Regulación de Empleo, se aprovechan de la inestabilidad laboral para reducir plantillas e incrementar beneficios.

Estos días hemos conocido como dos motores económicos de nuestra comarca han firmado la paz social a cambio de algunas prebendas. Los portuarios y la patronal han rubricado un acuerdo marco adaptado al nuevo decreto de la estiba tras dos años de negociaciones y en Acerinox se ha corroborado un nuevo convenio colectivo una vez ejecutado un ERE que ha reducido la plantilla en 215 trabajadores.

La mayoría de empleados campogibraltareños anhelan tener un trabajo digno y miran con cierta envidia a estos "privilegiados" asalariados sin pararse a pensar que deben aunar esfuerzos para luchar por la recuperación de los derechos arrebatados y no criminalizar a los que si han sabido mantenerlos.

No podemos permitir que nuestros representantes públicos abracen la llegada de empresas que explotan a los trabajadores y celebren sus políticas laborales acogiéndose a mantras como la libre competencia o la evolución del mercado laboral en el siglo XXI.