No fue el único herido ya que la deflagración también alcanzó a su compañero que fue trasladado al hospital en estado muy grave debido a las quemaduras sufridas, además de tres mujeres que fueron atendidas por los técnicos sanitarios en mismo lugar del accidente.

Parece mentira que en pleno siglo XXI todavía se produzcan accidentes mortales de este tipo cuando todo apunta a que se podría haber evitado si se hubieran tomado las medidas de seguridad oportunas que deben acompañar a estos trabajos rutinarios.

Esta desgraciada noticia nos debe hacer recapacitar, es impordial exigir a las empresas que incrementen las medidas de control y seguridad para evitar la pérdida de vidas humanas. La seguridad debe ser lo primero en todo proceso industrial y los primeros responsables de que se aplique son los mismos trabajadores que intervienen en el desarrollo de la actividad laboral.

No se puede mirar para otro lado ante una situación de peligro que pueda desencadenar un accidente, todos debemos exigir mayor rigurosidad en el cumplimiento de las normas establecidas y no temer las posibles consecuencias que pueda acarrear la denuncia de actitudes negligentes que ponga en peligro a los trabajadores.

La integridad física es algo que no se puede poner en riesgo para incrementar la productividad o reducir los costes empresariales, debemos exigir mayor responsabilidad a todos los intervinientes en cualquier actividad laboral y no olvidarnos que bajar la guardia un sólo segundo nos puede costar la vida.