Así que espero y deseo que también ahora en este siglo XXI sobreviva a la catástrofe política del nacionalismo bananero, retrogrado, detructivo, y añejo. Y de algunos que otros políticos, empujando a la destrucción de España.

España es un pueblo milenario, y una gran Nación donde se han escritos páginas gloriosas en su historia, y en la historia de la humanidad, por ello España debe ser tratada con el máximo respeto para podernos sentir todos orgullosos de haber nacido en esta sagrada tierra que se llama España.

Este sentimiento no debe tener color político, se puede ser de izquierda o derechas, pero nuestro denominador común debe ser, ser español por encima de todo. Pero por desgracia este denominador común se fue perdiendo  desde que la democracia empezó a funcionar, con los gobiernos de izquierdas y con Zapatero del todo, no debería ser, así, sino todo lo contrario, pero lo es. Pero la derecha tampoco hizo nada a pesar de sus dos mayorías absolutas, pues podía haber cambiado muchas cosas, y no lo hizo, Pero si que toleraron entre unos y otros lo intolerable con respecto al nacionalismo, pensando que nunca llegarían a donde han llegado, y o, por intereses partidistas o personales, pensando más en los votos, que en la unidad de España y de los españoles.

Cedieron competencias, que nunca se tenían que haber cedidos, como es la educación, la sanidad, y la justicia, no han cambiado la ley electoral, cambiaron la enseñanza en siete ocasiones cada vez que existía un gobierno de distinto color durante 40 años  quitaron lo que funcionaba, y pusieron lo que no funcionaba, y están permitiendo la segregación de España gota, a gota, para que no nos demos cuenta. Hacerlo de una vez sería catastrófico, así que lo hacen gota, a gota, y el gobierno central dejo de ser central, desde el momento que fundaron las autonomías. Siendo está la base de la ruina y de la crisis creada, pues existe un dicho que donde muchos mandan, nada funciona, y sobre todo cuando es la mediocridad la que funciona, y manda. De modo que, entre todos la mataron y sola murió, pero nunca es tarde para rectificar cuando la dicha es buena.

Estamos en un mundo donde la maldad ha reaccionado ante la bondad, se ha desatado con irritación nuestro orgullo ante la humildad. La corrupción se ha resentido ante la impunidad, y así nosotros mismos no estamos convirtiendo en esclavos del sistema político impuesto, a trabes de votos con discursos engañosos, y en su mayoría ignorantes. Nosotros neciamente hemos construido nuestra infelicidad al mostrar signos de debilidad al caer bajo el peso de las leyes que gota, a gota, nos introducen los políticos, solo en beneficio de una parte de la sociedad, metiéndonos en la pobreza, hasta tal punto donde el  hambre predomina, sobre todo en los niños. Errando casi todos bajo el yugo de los políticos como ovejas.

Los contraste que claramente resaltan en una sociedad predominante y entregadas a la conquista de las riquezas, y a los interese materiales, donde  nos lleva directamente a un pozo sin fondo. Y son precisamente estas virtudes las que el pueblo coloca como justificantes.

De modo que nuestro mayor problema, es el problema educativo, y no otra cosa, y los políticos lo saben, y no hacen nada al respecto, sobre la educación, pues perderían ellos su estatus, de bienestar a costa de la educación de los españoles, un pueblo culto no es manejable, un pueblo inculto si.